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OKR significa Objetivos y Resultados Clave (Key Results). Un objetivo es lo que desea lograr, y un resultado clave es aquel que nos acerca funcionalmente a dicho objetivo.
Para entender la diferencia entre el modelo OKR y los modelos tradicionales vamos a utilizar un ejemplo.
Imagina que quieres perder peso.
En los modelos tradicionales, el nutricionista, coach o aplicación que te monitorizará te preguntará “exactamente” cuanto peso quieres perder. Y aquí nos encontramos un primer problema. Ese peso que te has marcado. ¿Es demasiado? ¿Es muy poco? ¿Es el adecuado para ti? ¿Tiene en cuenta las variaciones que pueden producirse en el contexto?
Una vez definido ese objetivo (SMART) el nutricionista, coach o aplicación desarrollará un plan de acción (dieta):
Por último definirá algún KPI: Cada semana tienes que perder 450gr.
Como puedes imaginar, se trata de un modelo que puedas controlar y medir fácilmente.
Objetivo: perder peso. Así, sin más, sin etiquetas ni números. Lo que realmente quieres. Un objetivo motivador.
Los objetivos SMART se definieron para modelos de producción industrial. Pero son unos objetivos ficticios, constringentes y en el contexto actual, contraproducentes.
Los resultados clave (para esta semana) podrían ser:
Y ya. El resto de plan lo decides tú.
Tú decides lo que vas a comer, lo que vas a desayunar o lo que vas a cenar. Tú decides si un día te comes un trozo de tarta pero luego cenas una ensalada para compensar. Puedes elegir hacer ejercicio más días o pesarte cada día para controlar los avances.
Tu responsabilidad es lograr el objetivo y los resultados clave sirven para saber que vas en el buen camino.
La finalidad de un OKR es mejorar una debilidad operativa. Es decir, no utilices OKR para lograr cosas sencillas o fácilmente alcanzables, sino para lograr aquello que realmente supondrá un beneficio para tu empresa.
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